miércoles, 29 de abril de 2020

ARANDO.

Tras considerar el terreno propicio, el primer paso fue ararlo. 
El suelo estaba muy duro. Por este motivo se decidió que esta labor la llevara a cabo un vecino de la localidad con maquinaria agrícola pesada, con su tractor. 
Nos costó un poco que entrase hasta el sitio. Llevaba el arado enganchado y había zonas en las que el paso era estrecho. Aun así lo conseguimos,  aunque nos encontramos con la dificultad de la dureza de una tierra que nunca había sido labrada, en la que las "palillas" del arado rebotaban "como pelotas en el suelo". 
Al final, como todo en la vida, "el que sigue, lo consigue".  Aquí tenéis el resultado.



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